Marzo partió con un cuento, pero no uno cualquiera. "El pintor Tuo Lan" no sólo fue la excusa para desperezar los ojos y reencontrar los relatos en las salas de clases. También fue el momento perfecto para iniciar un trabajo de colaboración entre las asignaturas de lenguaje y artes. Pero, por sobre todo, fue la posibilidad de que, mediante la imaginación despierta por las palabras, los niños y niñas de Tercero y Cuarto Básico se representaran en toda su maravilla. Porque, como sentenció sabio el protagonista del cuento: "los rostros humanos, Señor, son los paisajes más bellos del mundo."
Por Marianne Leighton
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